"Una mente que se fue deteriorando por momentos, hasta que finalmente un día se produjo la chispa: la nochebuena del año 1975."
Poco después de su arresto en agosto de 1977, Berkowitz confesó haber asesinado a seis personas y haber herido a otras siete en 8 tiroteos en Nueva York entre 1976 y 1977, siendo encarcelado posteriormente en 1977. Además, declaró que un demonio que había poseído al perro de su vecino le ordenó cometer los asesinatos.
El 12 de junio de 1978 fue sentenciado a seis cadenas perpetuas en prisión y cumplió su condena en la Prisión Estatal de Attica, siendo calificada como un centro de máxima seguridad.