LA BATALLA DE EL ÁLAMO

La batalla de El Álamo (23 de febrero-6 de marzo de 1836) fue un conflicto militar crucial en la Revolución de Texas que consistió en un asedio de 13 días de duración, desde su inicio el 23 de febrero hasta el asalto final del 6 de marzo de 1836. Enfrentó al ejército de México, encabezado por el presidente Antonio López de Santa Anna, contra una milicia de secesionistas texanos, en su mayoría colonos estadounidenses, en San Antonio de Béxar, en la entonces provincia mexicana de Coahuila y Texas (hoy estado de Texas, Estados Unidos).

Todos los beligerantes en favor de la República de Texas murieron, a excepción de dos personas, lo cual inspiró a muchos colonos texanos —y aventureros estadounidenses— a unirse al ejército de Texas. Animados por el deseo de venganza, a partir de la crueldad mostrada por Santa Anna durante el asedio, los texanos derrotaron y masacraron mientras dormían al ejército mexicano en la batalla de San Jacinto, el 21 de abril de 1836, poniendo fin al movimiento revolucionario.

Varios meses antes, los texanos habían llevado a todas las tropas federales fuera de la Coahuila y Texas; aproximadamente 100 texanos se guarnecían entonces en El Álamo. La fuerza texana creció ligeramente con la llegada de refuerzos dirigidos eventualmente por los co-comandantes James Bowie y William Barret Travis. El 23 de febrero aproximadamente 1500 soldados mexicanos marcharon en San Antonio de Béjar, sitio donde se asienta actualmente San Antonio, como el primer paso en una campaña para retomar Texas. Durante los siguientes 12 días, los dos ejércitos participaron en varias escaramuzas con bajas mínimas. Consciente de que su guarnición no podía resistir el ataque de una fuerza tan grande, Travis escribió varias cartas pidiendo más hombres y suministros, pero solamente llegaron menos de 100 refuerzos.

En la madrugada del 6 de marzo, el ejército mexicano avanzó hacia El Álamo; tras rechazar dos ataques, los texanos fueron incapaces de defenderse de un tercero. Debido a que los soldados mexicanos treparon por los muros, la mayoría de los soldados texanos huyeron hacia los edificios interiores. Los defensores que no pudieron llegar a estos puntos fueron muertos por la caballería mexicana en su intento por escapar. Es probable que un pequeño grupo de texanos (entre cinco y siete de ellos) se hubiesen rendido, pero estos fueron ejecutados al instante. La mayoría de los relatos provenientes de testigos oculares informaron de entre 182 y 257 texanos muertos, mientras que la mayoría de los historiadores de El Álamo están de acuerdo en que hubo entre 400 y 600 soldados mexicanos heridos o muertos en combate. Al final, varios individuos no combatientes fueron enviados a Gonzáles para que corrieran la voz de la derrota texana. La noticia desató el pánico y las fuerzas texanas —en su mayoría colonos— de la nueva República de Texas huyeron del avance del ejército mexicano.

En México, la batalla ha sido a menudo eclipsada por los acontecimientos de la guerra contra Estados Unidos de 1846 a 1848. En el siglo XIX, en Texas, el complejo de El Álamo gradualmente se fue conociendo como el lugar de la batalla. La Legislatura de Texas compró los terrenos y edificios en la primera parte del siglo XX y designó a la capilla de El Álamo como Santuario del Estado de Texas. El Álamo actualmente es el sitio turístico más popular de Texas. Asimismo, ha sido objeto de numerosas obras no ficticias a partir de 1843. La mayoría de los estadounidenses, sin embargo, están más familiarizados con los mitos difundidos por muchas de las películas y adaptaciones de televisión, entre las cuales se incluyen la miniserie de televisión de Disney, Davy Crockett, en la década de 1950 y la película de El Álamo de John Wayne, estrenada en 1960.

Bajo el mandato del presidente Antonio López de Santa Anna, el gobierno mexicano comenzó a apartarse de un modelo federalista. La política nacional se acercaba cada vez más a una dictadura, lo cual era evidente en hechos como la revocación de la Constitución de 1824, a principios de 1835, que a últimas instancias incitó a la revuelta de muchos federalistas, dando lugar a un clima de violencia que se resentiría en varios estados mexicanos, incluyendo la región fronteriza de la Texas mexicana. Texas se hallaba en ese entonces poblada, en gran parte, por inmigrantes de los Estados Unidos que estaban acostumbrados a un gobierno federalista y a amplios derechos individuales, por lo que hacían sentir su descontento por el desplazamiento de México hacia el centralismo. Por otra parte, también en una situación de descontento por los intentos anteriores de comprar Texas por parte de Estados Unidos, las autoridades mexicanas culparon a gran parte de la población texana que era originaria de los Estados Unidos, cuya mayoría había hecho pocos esfuerzos para adaptarse a la cultura mexicana.

En octubre de 1835, las tropas mexicanas y texanas se enfrentaron en la primera batalla oficial de la Revolución de Texas. Decidido a detener la rebelión, Santa Anna comenzó a armar un ejército para reprimirla, denominado el «Ejército de Operaciones en Texas», con el cual restablecer el orden en el territorio texano. La mayoría de sus soldados eran reclutas, y un gran número había sido reclutado contra su voluntad.

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1829

GERÓNIMO

JEFE DE LOS APACHES