DOÑA MARINA

LA MALINCHE

Malinche (conocida también como Malinalli, Malintzin o Doña Marina) era una mujer nahuatl oriunda del actual estado mexicano de Veracruz. Malinalli había nacido hacia el año 1500, posiblemente en Oluta cerca de Coatzacoalcos, antigua capital olmeca situada entonces al sureste del Imperio azteca, en la región de la actual Veracruz. En 1519, fue una de las veinte mujeres esclavas dadas como tributo a los españoles por los indígenas de Tabasco, tras la batalla de Centla. Jugó un papel importante en la conquista de México Tenochtiltán. Fue intérprete, consejera e intermediaria de Hernán Cortés. Más adelante se convirtió en su compañera y dio a luz a su primer hijo, Martín, quien es considerado uno de los primeros mestizos surgidos de la conquista de México.

La imagen mítica de la Malinche se ha ido modificando en el tiempo conforme han variado los criterios historiográficos que la han estudiado desde que irrumpió en el proceso de conquista al ser ofrecida como esclava al conquistador hasta más recientemente en que se ha revalorado su aportación a ese proceso que finalmente formó la nueva nación mestiza que hoy es México. Hoy para una parte de la población de México la Malinche es el estereotipo de la traición, aunque otros la consideran como la víctima por excelencia del choque cultural que se produjo, y para otros más, resulta la madre simbólica de la nueva cultura mestiza que surgió como resultado de la fusión forzada de dos etnias.

Nació, posiblemente, en Oluta, Veracruz (cerca de Coatzacoalcos), en la clase alta de la sociedad mexica. Según Bernal Díaz del Castillo, los padres de Malintzin eran señores y caciques de un pueblo llamado Copainalá. Su padre, de acuerdo al historiador Gómez de Orozco, era cacique de Oluta y Xaltipa y se casó, según la costumbre, con una "señora de vasallos y estados", también de noble origen, llamada "Cimatl", la cual según se dice era «joven y hermosa».

Malintzin, nació entre 1496 y 1501 en una región que es fronteriza entre los territorios de población nahuatl y el ámbito cultural maya de la región de Tabasco. Fue nombrada "Malinalli" en honor a la diosa de la Hierba, y más tarde “Tenepal” que significa “el que habla con vivacidad”. Después de la muerte de su padre, su madre se volvió a casar y tuvo un hijo, lo cual colocaba a Malinalli como una hijastra incómoda del nuevo marido. Debido a ello, acabó siendo vendida a un grupo de traficantes de esclavos proveniente de Xicalango, una importante región comercial al sureste de México. Tras una guerra entre los mayas de Potonchán y los mexicas de la zona de Xicalango, Malinalli fue cedida como tributo a Tabscoob, cacique maya de Tabasco. Todo esto sucedió cuando Malinalli era muy joven, por lo que pronto llegó a hablar con fluidez la lengua maya-yucateca de sus nuevos amos, además de su idioma materno, el náhuatl.

Malinalli fue regalada a Hernán Cortés después de la derrota de los tabasqueños en la Batalla de Centla el 14 de marzo de 1519 junto con otras 19 mujeres, junto con algunas piezas de oro y un juego de mantas. Tras bautizarla con el nombre de «Marina» Cortés, quien no se sintió atraído a ella, la entregó a Alonso Hernández Portocarrero, uno de los capitanes más reconocidos de la expedición. Sin embargo, poco después Portocarrero regresa a España como emisario de Cortés hacia Carlos V y Cortés se queda a la Malinche por su valor como intérprete entre el idioma maya y el náhuatl. Como complemento, Jerónimo de Aguilar (un náufrago español que había estado cautivo ocho años entre los mayas y que fue rescatado por Cortés en Cozumel) era capaz de realizar la traducción maya-español. Así, con el uso de tres lenguas y dos intérpretes, se llevaron a cabo todos los contactos entre españoles y mexicas, hasta que Malintzin aprendió castellano.

Más allá de su servicio como intérprete, Malintzin asesoró fielmente a los españoles sobre las costumbres sociales y militares de los nativos y realizó tareas de «inteligencia» y «diplomacia», jugando un papel relevante durante la primera parte de la conquista. Ella acompañó tan de cerca a Cortés, que los códices aztecas (el Lienzo de Tlaxcala, por ejemplo) siempre la muestran al lado de él.

Tras la caída de Tenochtitlán el 13 de agosto de 1521 y del nacimiento de su hijo Martín Cortés en 1522, Malinalli se quedó en una casa que Cortés le construyó en Coyoacán, muy cerca de la capital mexica. Cortés posteriormente, en Huiloapan de Cuauhtemoc, Veracruz, quien obviamente no amaba a la indígena, casó a Malintzin con un hidalgo, Juan Jaramillo, de quien se sabe que ella tuvo otra hija, María Jaramillo. Poco después, Cortés la llevó consigo para calmar una rebelión en Honduras en 1524 – 26, sirviendo ella nuevamente como intérprete. Es escasa la información sobre Marina después de que se fue a América Central. No obstante, algunos historiadores estiman que murió alrededor de 1529, enferma por una epidemia de viruela que hubo en 1528 o 1529. Sin embargo, el historiador Sir Hugh Thomas, en su libro Conquest afirma que la fecha probable de su muerte es 1551, deduciéndolo por cartas que descubrió en España, que se refieren a ella como aún viva en 1550.

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